Y ¿Cuál es la clara implicación de todo esto para los predicadores de hoy día? ¿No hay aquí una palabra para el corazón y la conciencia? ¿Es tu ministerio digno de ser almacenado en la mente de los oyentes? ¿Vale la pena recordar tus sermones? El de humilde corazón estará listo para responder: No, hay poco o nada en mis sencillos discursos que sirva para ser atesorado. ¡Ah! Hermano predicador, el valor duradero de tu predicación no está en el análisis inteligente de los pasajes difíciles que exhiben tu agudeza mental, ni en el alto vuelo del lenguaje que muestra tu capacidad retórica. Más bien, está en lo que hace que el pecado sea más odiado, que Dios sea más temido, que Cristo sea más valorado, que el camino del deber sea más claramente definido, esa debe ser nuestra meta.
En este libro el pastor Julio C. Benítez expone algunos pasajes de Hebreos en los cuales se insta a la iglesia a imitar, recordar y obedecer a los pastores. Pero no sólo se insiste en el deber que tienen los miembros de hacer esto, sino en la responsabilidad de los pastores en cultivar un ministerio y vida tan piadosa que recordarlos, obedecerlos e imitarlos sea una actitud automática en los feligreses.
Páginas: 79
Para adquirir el libro dé clic en la imagen
En este blog compartimos con ustedes libros de autores reformados clásicos y contemporáneos, así como libros de autores puritanos, los cuales se pueden adquirir en formato electrónico de manera legal, no pirateada, a precios muy asequibles. Además, usted podrá leer de manera gratuita muchos de estos libros
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario